26 sept 2009

Deplorable análisis de perros vagos

Claramente ha provocado decepción la nota escrita por José Aldunate s.j., se hubiera deseado un mensaje de enseñanza como el de no hacer distinciones con nuestros hermanos menores como los llamaba San Francisco de Asís, porque el prójimo es sinónimo de misericordia y no de sensiblería como él lo menciona.

"Está escrito en la historia de este santo que un día un muchacho había apresado muchas tórtolas y las llevaba a vender, encontrase con el San Francisco de Asís y le dijo "Dame por favor esas aves tan inocentes que en la Sagrada Escritura representan a las almas castas, humildes y fieles, para que no vengan a parar en manos crueles que les den muerte..."

Ignoro totalmente el significado de "s.j.", pero sí conozco la palabra "Jesús", en el día procuro practicar la humildad, comprendo la palabra cristianismo, democracia o tolerancia, amor, prójimo, respeto a la vida, cultivar día a día que sólo el amor es fecundo y que la empatía es un mecanismo que al usarla nos convierte en seres sensatos, he aprendido además que la mesura se debe manejar como una herramienta cristiana, que humaniza la redacción de un escrito.


Lo invito a mirar los ojos de un perro callejero, su mirada triste, su andar lento ...
vagando sin casa ni amor, su caminar sin fin, sin que nadie lo espere,
sin que un alma piadosa le ofrezca un pan,
para así su hambre saciar...


Ha visto en su mirada el dolor,
medite y mire a su alrededor, que nadie más lo mira
nadie siente el más mínimo sentimiento
nadie de los que pasan ... han pensado
...
Que en el dolor está Dios, en los más débiles...
y deben ser tratado con el amparo de la compasión y la misericordia
porque ellos igual son criaturas de Dios.
...
"Porque tuve hambre y me dieron de comer
tuve sed y me dieron de beber
era forastero y me recibieron
estuve enfermo ..."


Esta labor de protección a los perros vagos, nos ha aleccionado que la compasión es el medio a través del cual podemos manifestar la sensibilidad al sufrimiento, parábola del buen samaritano (lc 10,25-37), misericordia quiero y no sacrificios (Os: 6,6).

A continuación se transcribe nota de este columnista del diario La Nación


La crueldad y el maltrato a los animales
Por José Aldunate, s.j.
Hemos de felicitar a estos diputados que ponen en peligro su reelección, apoyando una iniciativa resistida por una sensiblería bastante difundida
Un proyecto de ley sobre el maltrato a los animales ha sido presentado en el Congreso. La comisión respectiva de la Cámara tuvo una sesión para estudiarlo. Pude asistir a esa sesión a través de la televisión. En Chile todo debe resolverse con una ley. Sin embargo, el tema lleva 16 años esperando a las puertas del Congreso. La urgencia actual la han dado los perros vagos. Infestan las calles de Valparaíso; se encuentran en todas partes y en toda ocasión en Santiago; llegan a formar jaurías en varias regiones. Los alcaldes no se atreven a actuar en un asunto tan sensible sin una ley de la república, pero parece que el proyecto de ley está resultando muy discutible porque sugiere la palabra tabú: “eutanasia”. Algunos incluso parecen temer que se politice.

En la comisión se habló del puma, los lobos marinos, el león de los circos, vacunos maltratados en los rodeos, la caza indiscriminada de pajaritos. Pero respecto de los perros de la calle todos coincidían en que el problema era muy difícil y que no se había encontrado solución. Un parlamentario procuró definir cuáles eran los animales amigos del hombre que merecían su favor. Tales serían los vertebrados, pero con algunas excepciones, por ejemplo, los ratones. Por fin hablaron dos diputados que abordaron con valor el problema crucial: los perros de la calle.
Uno dijo que las soluciones que otros proponían eran más crueles: esterilizarlos, encerrarlos o incluso dejarlos andar famélicos, piojentos y maltrechos, comiendo basura. En cambio, la eliminación indolora sería una verdadera liberación piadosa. Una diputada recordó la molestia, y aun peligro, que significan los perros vagos que esparcen la basura, ensucian las calzadas y muerden a los niños. Hemos de felicitar a estos diputados que ponen en peligro su reelección, apoyando una iniciativa resistida por una sensiblería bastante difundida.
Las disposiciones definitivas del proyecto de ley nos parecen adecuadas: (1) ningún perro vago en la calle. La municipalidad debe retirarlos todos. (2) La municipalidad los ofrecerá al público, entregándolos en un remate. (3) A los perros no requeridos los eliminará indoloramente.
Terminaré recalcando un nuevo concepto que surgió entre variados comentarios de la comisión: el concepto de “bienestar animal”. Y hasta el “bienestar vegetal” de árboles y plantas, como una dimensión que podemos considerar de la vida vegetal. ¿Por qué no? Culturas que llamamos primitivas tendrían algo que enseñarnos al respecto
Diario la Nación miércoles 23 de septiembre de 2009


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1 comentario:

  1. de máfil los saludo, seguimos su pagina día a día, muy buena, espero que puedan incluir máfil dentro de sus propuestas, graciela.

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